Fueron tan famosos que se conserva abundante documentación sobre ellos y, aunque solo sea por las reconstrucciones cinematográficas, todo el mundo ha oído hablar alguna vez de las carreras de carros y de las luchas en el anfiteatro.
A pesar de las enormes diferencias entre las clases priviligiadas y los demás miembros de la estructura social, la posibilidad de ser espectador de los juegos o del teatro se extendía a todo el mundo.
Pero los espectáculos no estaban destinados únicamente al entretenimiento del público: en un principio tuvieron un significado religioso y más tarde alcanzaron utilidad política y sirvieron de instrumento a los gobernantes.
Manuel Jesús.
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