Los hermanos gemelos Rómulo y Remo eran hijos de la vestal Rea Silvia y del dios Marte. Su origen se remontaba a la guerra de Troya, ocurrida muchos siglos antes. Cuando la ciudad fue tomada e incendiada, Eneas, el hijo troyano hijo de Anquises y de la diosa Venus, escapó ayudado por su madre con cien barcos, llevando consigo a su anciano padre, a su hijo Ascanio y a los dioses Penates de la destruida Troya.Tras muchas aventuras llegó al Lacio, donde se casó con la hija del rey Latino reinando en la ciudad, llamada Alba Alonga.
Tras ocho generaciones, dos de sus descendientes, Numítor y Amulio, compartían el trono del Lacio, hasta que Amulio echó a su hermano para reinar él solo. Numítor tenía una hija llamada Rea Silvia y Amulio, para extinguir el linaje de su hermano, la convirtió en vestal, sacerdotisa de Vesta que por su cargo debía permanecer virgen.
Pero el dios Marte descubrió a Rea Silvia y la poseyó mientras dormía.
Dios Marte y vestal Rea Silvia.
Fruto de esa unión nacieron dos gemelos, Rómulo y Remo, que fueron colocados en una cesta y lanzados al río Tíber por orden del rey Amulio para que murieran.
La cesta encalló en la orilla del río y los gemelos fueron amamantados por una loba hasta que los recogió un pastor llamado Faústulo que, junto a su esposa, los crió como hijos suyos.
La loba capitolina.
Rómulo y Remo, convertidos ya en dos jóvenes robustos e inteligentes, descubrieron su origen y la infamia del rey Amulio. Destronaron al traidor, restablecieron en el trono de Alba Longa a su abuelo Numítor y salieron a fundar una nueva ciudad.
Cada uno eligió una ubicación, Rómulo la colina del Palatino y Remo la del Aventino, pero dejaron que fuesen los dioses quienes decidiesen el lugar definitivo; por la noche, cada uno subió al monte que había elegido, a la espera de una señal divina: Remo vio pasar seis águilas, pero Rómulo vio doce, por lo que Rómulo fue considerado el ganador.
Siguiendo la tradición, Rómulo cavó un surco sagrado, el "pomerium", con un arado del que tiraban dos bueyes blancos, sobre el que se alzarían las murallas. Era la ley sagrada que nadie cruzase el surco, salvo por los espacios reservados a las puertas. Remo, enfadado con los dioses y con su hermano, saltó el "pomerium" y recibió la muerte por el sacrilegio.
Así nació la ciudad de las siete colinas que llegaría a ser el centro del mundo, llamada Roma en honor de su fundador Rómulo y gobernada por un rey que tenía entre sus antepasados a Venus, la diosa del amor y la belleza, y a Marte, el dios de la guerra tan venerado por los humanos.
Julia.
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